(Xinhua) — Un artículo publicado hoy lunes en China insta a ciertos políticos estadounidenses a hacer frente a los propios problemas de Estados Unidos, y a evaluarse y rectificarse más a sí mismos, en lugar de utilizar las cuestiones religiosas y de derechos humanos con el fin de interferir en los asuntos internos de otros países.
El artículo responde a un informe reciente de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés).
La llamada comisión, con sus tonterías torcidas y malintencionadas sobre la gobernanza de los asuntos religiosos de otros países, no es más que una herramienta creada por una cierta banda de políticos estadounidenses para interferir en los asuntos internos de otros países y satisfacer su obsesión por la hegemonía, afirma el artículo.
El texto sostiene que el llamado informe de la USCIRF, al igual que los anteriores, ataca sin fundamento la libertad de creencia religiosa de China y su gobernanza de los asuntos religiosos, haciendo la vista gorda ante los enormes logros de China en la gobernanza de Xinjiang, Tíbet y Hong Kong.
China ha logrado enormes avances en la protección de los derechos humanos desde la fundación de la República Popular China, particularmente desde el XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, obteniendo elogios tanto en el país como en el extranjero, declara el artículo.
Al gestionar los asuntos religiosos en estricta conformidad con la ley y al manejar con prudencia las relaciones entre los derechos humanos, la religión y los derechos al desarrollo social y económico y la salud pública, China no solo protege la libertad de creencia religiosa de sus ciudadanos, sino que también logra motivar a personas con o sin creencias religiosas para que contribuyan conjuntamente al desarrollo del país, manifiesta.
El texto señala el deterioro del desarrollo económico y social, la gobernanza estatal y la protección de los derechos humanos en Estados Unidos durante los últimos años, los cuales han llevado a sus ciudadanos a sentirse cada vez más infelices, inseguros y no recompensados, por lo que cada vez son más frecuentes las protestas y los disturbios.
La injusticia social en Estados Unidos, especialmente cuando se trata de estadounidenses no blancos, se ha vuelto aterradora, se queja la nota, que añade que en un momento en el que las vidas de los estadounidenses no pueden ser salvadas del ataque del coronavirus, ¿cómo podría hablarse de la protección de la libertad religiosa y los derechos humanos de los estadounidenses?
«La gobernanza de los asuntos religiosos por parte de China está mejorando mientras sus propios problemas crecen día a día», sostiene el artículo, que insta a los políticos estadounidenses a trabajar con gente de todo el mundo para hacer más en la lucha contra la pandemia de COVID-19, resolver la injusticia social y promover la causa de los derechos humanos.
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