(China.org.cn) — Las vacunas contra las variantes de la COVID-19 deben aprobarse lo antes posible, dijo Gao Fu, exjefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en respuesta a las preocupaciones del público sobre la situación epidémica en China.
La Comisión Nacional de Salud informó el 14 de enero un total de 59 938 muertes relacionadas con el virus entre el 8 de diciembre de 2022 y el 12 de enero de este año.
Teniendo en cuenta el riesgo de infecciones por ómicron XBB y sus subvariantes, y los desplazamientos por la Fiesta de la Primavera que involucra a más de 2000 millones de viajeros, la mayor cifra de los últimos tres años, el pico de contagios puede darse en algunas áreas rurales, alertó el experto en una entrevista con China Newsweek.
Gao predijo que este podría ocurrir entre febrero y marzo, mientras que los cuadros graves a principios de febrero, por ello aconsejó a quienes no han recibido aún sus dosis de refuerzo, hacerlo lo antes posible.
Además, abogó por que los procedimientos de aprobación de las vacunas contra la COVID-19 tomen en cuenta los de sus pares contra la influenza. Si estas provienen de la misma empresa y usan la misma tecnología, siempre que solo difieran en la cepa o la secuencia genética, no es necesario pasar por todo el proceso de ensayos clínicos; solo los de fase I serían suficientes, recalcó.
Aunque es difícil estimar la evolución de la pandemia, es muy probable que los ancianos deban vacunarse una vez cada seis meses, ya que la COVID-19 puede convertirse en una enfermedad endémica a largo plazo.
A pesar de haber contraído ya el virus, la inoculación aún puede brindar protección. Ya sean personas mayores o jóvenes, los refuerzos siguen siendo necesarios después de la infección. El mejor intervalo entre el contagio natural y la vacunación es entre tres y seis meses.
Según el experto, quienes se inmunizan obligan al virus a mutar. Por un lado, la vacunación previene muertes hasta cierto punto; por otro lado, la barrera inmunitaria de las dosis permite que el virus escape y provoque la aparición de nuevas cepas.
La variante XBB y la cepa prototipo descubierta a inicios de 2020 son completamente diferentes. Desde la perspectiva de la inmunología, la ómicron BA.1 también difiere mucho de la XBB, explicó.
En la actualidad, la COVID-19 puede dividirse en tres tipos: las primeras cepas y la variante delta con protección cruzada, las mutaciones de ómicron y las de ómicron XBB. La llamada reinfección ocurre cuando la protección cruzada entre diferentes subvariantes es débil.
En cuanto a los preparativos para encarar otra posible ola por nuevas mutaciones, Gao resaltó la protección de animales y el medio ambiente, así como el intercambio de datos y recursos. La detección temprana y la vigilancia de rutina son claves por lo que debe haber una mayor inversión en investigaciones de base vinculadas, aseveró.
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