(Xinhua) — Las tensas relaciones China-Estados Unidos han recibido otro golpe cuando el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos anunció las llamadas sanciones contra los jefes de las agencias gubernamentales chinas responsables de los asuntos de Hong Kong y los funcionarios de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK).
La acción de Estados Unidos viola descaradamente las leyes internacionales y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales.
Estados Unidos debería eliminar genuinamente el prejuicio y el odio que albergan algunas de sus fuerzas políticas, abandonar la mentalidad de la Guerra Fría y la actitud de juego de suma cero, respetar los asuntos de Hong Kong como asuntos internos de China y dejar de usar a la RAEHK como motivo de secesión, subversión, infiltración y sabotaje contra China.
Estados Unidos debe tomar medidas concretas para volver a encarrilar sus relaciones con China.
Desde que las violentas protestas y disturbios sacudieron Hong Kong el año pasado, Estados Unidos ha provocado problemas en la región, intentando contener a China con una serie de proyectos de ley y órdenes ejecutivas dirigidas a Hong Kong con el pretexto de los derechos humanos, la democracia y la autonomía.
Después de que se introdujera la legislación de seguridad nacional de Hong Kong este año, algunos políticos estadounidenses se volvieron más agresivos, aprobaron la llamada «Ley de Autonomía de Hong Kong» para difamar la ley, interfiriendo flagrantemente en los asuntos de Hong Kong y los asuntos internos de China, y dañaron gravemente la confianza entre los dos países.
Cabe señalar que las acusaciones de Estados Unidos contra la ley de seguridad nacional de Hong Kong van en contra de los hechos y contienen falacias legales y lógicas.
La seguridad nacional es la máxima prioridad de una nación y el requisito previo para que un país sobreviva y prospere. La legislación de Hong Kong tiene como objetivo eliminar las lagunas en la seguridad nacional y garantizar la estabilidad y prosperidad a largo plazo de Hong Kong, que es parte de los asuntos internos de China en los que ningún otro país tiene derecho a interferir.
En marcado contraste con el enfoque de los Estados Unidos, más de 70 países expresaron su apoyo a la legislación en una reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que representa la voz compartida de la comunidad internacional.
La legislación sobre seguridad nacional también es una práctica legal común a nivel mundial. Los países occidentales, incluidos Estados Unidos y Gran Bretaña, han aprobado numerosas leyes en la materia y tienen una gran cantidad de casos derivados de prácticas judiciales.
Estados Unidos, aunque tiene al menos 20 leyes sobre seguridad nacional y soberanía, ha calumniado y difamado desenfrenadamente la legislación de seguridad nacional de China para Hong Kong, llevando el doble rasero y la hipocresía al extremo.
De hecho, la ley ha gozado de una inmensa popularidad en Hong Kong, ya que millones de residentes han firmado en apoyo. Evidentemente, el orden social ha mejorado y la vida ha vuelto a la paz y la tranquilidad. Los derechos humanos y las libertades en Hong Kong también siguen estando bien protegidos.
Sin embargo, el gobierno de los Estados Unidos sigue el camino equivocado. Al violar deliberadamente la privacidad de los funcionarios gubernamentales objeto de las «sanciones», Estados Unidos ha ido en contra de su propia postura sobre la democracia, la libertad y el respeto de los derechos humanos.
Dados los profundos cambios en el mundo, es una responsabilidad compartida de todos los países mantener la paz y promover el desarrollo. Desarrollar relaciones China-Estados Unidos basadas en la coordinación, la cooperación y la estabilidad es vital para el mundo.
El mundo no querrá que algunas fuerzas políticas estadounidenses sigan socavando las relaciones entre los dos países y utilicen a Hong Kong para generar antagonismo y odio.
Debe recalcarse nuevamente que el Gobierno de China está decidido a salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo, implementar el principio de «un país con dos sistemas» y oponerse a la interferencia externa en los asuntos de Hong Kong.
Estados Unidos debe detener la interferencia en los asuntos internos de China lo antes posible, adherirse al principio de respeto mutuo y volver al diálogo constructivo en igualdad de condiciones. Este es el deseo común de las personas de estos países y del resto del mundo. También es una actitud responsable hacia la historia y la humanidad.
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