Agenda Siglo XXI Perú-Corea

(El Peruano) — En febrero pasado fueron publicados los resultados del Ranking Global de Innovación (IGI, por sus siglas en inglés), preparado por Bloomberg con el nombre de “Las 60 economías innovadoras del mundo”. Su enfoque examina el grado de participación que tienen la innovación y nuevas tecnologías en los planes y políticas de desarrollo de esos países.

Al respecto, debe destacarse que la República de Corea ocupó el primer lugar por sétima vez en los nueve años que se publica este ranking, seguida de Singapur, Suiza y Alemania en el cuarto lugar. Estados Unidos, que en el ranking del 2020 ocupó el noveno puesto, ahora ha sido desplazado al undécimo lugar. Por América del Sur, solo Brasil figura en el puesto 46, Argentina en la posición 51 y Chile en el lugar 54.

La no presencia del Perú en el Ranking Global de Bloomberg nos debería hacer reflexionar sobre el escaso avance que se tiene en materia de innovación y nuevas tecnologías y en la necesidad de fomentar mayores inversiones en investigación y desarrollo tecnológico, tanto a nivel gubernamental como académico. Hoy en día los países se identifican por las ventajas competitivas con que cuentan sus estructuras económicas y administrativas en términos de eficiencia y calidad, más que por una ventaja comparativa derivada de la posesión de recursos naturales. Es decir, ya no es tanto quién tiene los recursos, sino quién los sabe transformar.

El avance mostrado por Corea en materia de innovación, como quedó registrado en el Ranking Global, debería ser parte fundamental de una renovada agenda bilateral Perú-Corea con miras al futuro, de tal forma que pueda configurar una plataforma de cooperación con vista a las exigencias del siglo XXI. Las relaciones con Corea tienen una estructura multisectorial amplia y de cooperación, que da sustento a una interdependencia con beneficios compartidos.

Al margen del vigente acuerdo comercial bilateral, con Corea se acordó la conformación de una Asociación Estratégica Integral en mayo del 2012 en Seúl, con claros beneficios en el plano económico y en el intercambio de conocimientos y tecnología. También deben resaltarse los importantes instrumentos suscritos en Lima en el 2015 en materia de cooperación industrial, gobierno electrónico, ciencia y tecnología y economía creativa. Todo esto como parte del vigente Acuerdo Marco de Cooperación.

De manera puntual, puede ponerse de relieve dos proyectos en materia de transferencia de conocimientos y tecnología, que se hallan en distintas etapas de su implementación. En primer lugar, el establecimiento de una planta de ensamblaje de aviones KT-10, inaugurada en el 2014 y cuya producción abastecerá también la demanda ya expresada por otros países de la región. Es una de las industrias más modernas de ensamblaje de aviones en América del Sur. Se trata de la inserción en la capacidad productiva nacional de tecnologías aeronáuticas de ultima generación.

En segundo lugar, la construcción de un corredor tecnológico en el sur del país, diseñado en el 2013, destinado a la instalación de industrias innovadoras y otras con tecnología avanzada para abastecer el mercado latinoamericano ampliado. Su ejecución está en la etapa de planeamiento de la infraestructura y del cimiento industrial requerido. En principio no solo recibiría empresas coreanas interesadas, sino también otras de terceros países. Constituiría una versión del Silicon Valley.

Una agenda para el siglo XXI que pueda formularse con Corea tendría como complemento las importantes relaciones de cooperación comercial, financiera y de transformación digital que se tiene con China, y los vínculos sustantivos con beneficio recíproco en materias comercial e industrial que se mantienen con Japón. Esto al margen de las relaciones con occidente.

La pandemia del covid-19 debe ser observada no solo como un desafío a la estructura nacional para enfrentar a sus consecuencias inmediatas, sino también con visión de futuro como una oportunidad para formular y ejecutar nuevos esquemas de cooperación y complementariedad en materia de innovación y tecnología. Es importante contar con una infraestructura tecnológica y de innovación que permitan afrontar las exigencias de la Cuarta Revolución Industrial. Una agenda para el siglo XXI Perú-Corea representaría el primer paso en este propósito.