(Xinhua) — China publicó el domingo un libro blanco titulado «Luchando contra la COVID-19: China en acción», en que documenta sus concienzudos pero efectivos esfuerzos para contener el nuevo coronavirus.
El informe, de 37.000 palabras, registra las medidas decisivas de China en el combate al virus, relata historias conmovedoras en el frente antiepidémico, explica su experiencia en prevención y control y manifiesta la convicción de que el mundo «emergerá de este momento oscuro de la historia humana hacia un futuro más radiante».
Con el principio de «primero la gente, primero la vida» y una mentalidad de cooperación, los empeños de China han dado sus frutos tanto en el país como fuera de él. A finales de mayo, más del 94 por ciento de los 83.017 casos confirmados en la parte continental de China se habían curado.
China ha puesto en marcha 83 programas de investigación y desarrollo de emergencias en sectores como tratamiento clínico, nuevas medicinas y vacunas, técnicas para pruebas y productos y epidemiología, al tiempo que ha destinado los principales recursos de investigación en el país a esos programas.
Además, desde que se inició el brote, ha compartido su experiencia con el mundo de forma abierta, transparente y oportuna.
Hasta el 31 de mayo, China envió a 29 equipos de expertos médicos a 27 países y dio asistencia a 150 países y cuatro organizaciones internacionales. Tomó también parte activa en la recaudación de fondos para ayudar a los países de África y a otros en desarrollo para luchar contra el virus.
Su reanudación gradual y galopante del trabajo y la producción da esperanza de una recuperación de la economía mundial tras la pandemia.
Los primeros y «prometedores» resultados de sus pruebas de una vacuna contra el coronavirus, como aseguraron investigadores chinos en un informe en «The Lancet», contribuyen a rebajar la ansiedad entre quienes están aún inmersos en la lucha contra la pandemia.
La vacuna, cuando esté disponible, se convertirá en un bien público mundial como parte de la contribución de China para garantizar la accesibilidad y la asequibilidad de la vacuna en los países en desarrollo, dijo el presidente chino, Xi Jinping, en la 73ª sesión de la Asamblea Mundial de la Salud.
El citado enfoque de China refleja la aspiración común de las personas en todo el mundo de un «futuro compartido», especialmente en este momento crítico cuando la solidaridad y la cooperación son más necesarias que nunca.
«Es un documento de bienvenida y una contribución importante a los esfuerzos de la comunidad científica internacional para proteger al mundo de los caprichos de la enfermedad», comentó sobre el libro blanco Cavince Adhere, un experto en relaciones internacionales enfocado en las relaciones entre China y África.
Al compartir información científica y experiencia con otros países, el libro blanco tiene un valor científico global, dijo Alfredo Bruno, jefe del Centro Nacional de Referencia de Influenza y Otros Virus Respiratorios del Instituto Nacional de Investigación de Salud Pública de Ecuador.
Mientras hace todo lo posible para contener la epidemia en casa y ayudar a otros países que lo necesitan, China también ha estado luchando en otros frentes, como apoyar firmemente a la OMS para coordinar la respuesta global, promover la cooperación global proponiendo varias iniciativas y rechazar los intentos de algunos de politizar el virus.
Con el virus todavía muy activo en muchas partes del mundo, la comunidad global podría tener que enfrentarse a desafíos aún más duros.
La guerra en curso contra el nuevo coronavirus es una guerra por la seguridad de la salud pública mundial, por la prosperidad y el desarrollo, y también una guerra para defender la equidad y la justicia internacionales.
Solo la solidaridad, la cooperación y la responsabilidad pueden llevar a la humanidad a la victoria ante esta pandemia.
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