Verdad sobre combate de China a pandemia aplasta acusaciones absurdas de EEUU

Publicado en: Español el 11/05/2020

(Xinhua) — Los casos confirmados de COVID-19 en Estados Unidos superaron los 1,3 millones con más de 78.000 muertos. En lugar de concentrarse en combatir la pandemia dentro del país, algunos políticos estadounidenses han inventado recientemente acusaciones absurdas y han culpado a China para ocultar su irresponsabilidad en casa.

«Pueden engañar a toda la gente durante algún tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero nunca podrán engañar a toda la gente todo el tiempo», dijo Abraham Lincoln.

La mentira se evapora en vista de la verdad. Veamos cómo hablan los hechos por sí mismos.

¿WUHAN LA ORIGINO?

No necesariamente. El lugar que reporta por primera vez un virus a menudo no es en donde se origina. Creciente evidencia muestra que la gripe española no se originó en España.

El 11 de febrero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) nombró de manera oficial a la neumonía causada por el nuevo coronavirus la Enfermedad de Coronavirus 2019 (COVID-19) con base en las Mejores Prácticas para Nombrar Nuevas Enfermedades Contagiosas Humanas de 2015, en las que se estipula claramente que el nombre de una enfermedad no debe asociarse con un país o sitio particular.

El origen de la COVID-19 todavía no es identificado. El rastreo de la fuente es una cuestión científica seria que debe basarse en la ciencia y que debe ser estudiada por científicos y expertos médicos. Ser el primero en reportar el virus no significa que Wuhan sea su origen.

Por consiguiente, llamar al virus como «virus de Wuhan» o «virus chino» no es más que estigmatización.

Abundante evidencia también demuestra que los casos fuera de China ocurrieron antes de lo que se consideraba. USA Today informó el 6 de mayo que 171 personas en Florida mostraron síntomas de COVID-19 desde enero y que ninguna había reportado haber viajado a China. Michael Melham, alcalde de Belleville, Nueva Jersey, dijo que dio positivo a anticuerpos contra el coronavirus y que considera que pudo haber contraído el virus en noviembre del año pasado, más de dos meses antes de que se reportara el primer caso en el país el 20 de enero.

Los principales medios occidentales, incluyendo el New York Times, the American Broadcasting Company (ABC) y la British Broadcasting Corporation (BBC) han informado que una errónea conexión de las comunidades asiáticas con la COVID-19 ha generado una grave xenofobia y frecuentes casos de discriminación racial y acoso contra estas comunidades en Estados Unidos.

Los virus son el enemigo común de la humanidad, pueden aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar. La OMS y los científicos de todo el mundo han refutado intensamente la acusación hecha por algunos políticos estadounidenses de que el virus fue fabricado y filtrado por el Instituto de Virología de Wuhan.

El 21 de abril, Fadela Chaib, portavoz de la OMS, dijo que toda la evidencia disponible apunta a que el virus tiene origen animal y que no «ha sido manipulado o inventado en un laboratorio o en alguna otra parte», y enfatizó que lo más probable es que su contenedor natural sean los murciélagos, pero aún tiene que descubrirse cómo fue transmitido el virus de los murciélagos a los humanos.

En una declaración conjunta publicada el 19 de febrero por Lancet, una prestigiosa revista británica de medicina, se concluyó de forma contundente que la COVID-19 se originó en la naturaleza, como lo han hecho otros patógenos que han surgido.

«Si se analiza la evolución del virus en los murciélagos y lo que hay hasta ahora, (la evidencia científica se inclina muy enérgicamente hacia que este no pudo haberse creado de forma artificial ni pudo haberse manipulado de forma deliberada…», dijo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, a National Geographic en una entrevista publicada el 4 de mayo.

¿ENCUBRIMIENTO?

Se requiere un tiempo para estudiar y entender un ataque inesperado de un virus desconocido contra los seres humanos. China brindó información oportuna al mundo de forma abierta, transparente y responsable.

El 27 de diciembre de 2019, tres casos de neumonía de causa desconocida fueron reportados de inmediato por Zhang Jixian, una doctora de Wuhan, después de recibir a los pacientes, el primer informe de casos sospechosos de una nueva enfermedad por parte de autoridades locales de China. El mismo día, la investigación y pruebas epidemiológicas de los pacientes pertinentes fueron realizadas por el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de Wuhan.

En los siguientes días se registraron dos avisos de emergencia y un informe de situación publicados por las autoridades de Wuhan. El 31 de diciembre, China informó a la Oficina de la OMS en China de los casos de neumonía de causa desconocida detectados en Wuhan. El 3 de enero de 2020, China empezó a enviar de forma regular actualizaciones oportunas sobre el nuevo coronavirus a la OMS y a otros países, incluyendo a Estados Unidos.

Después del primer informe público de la neumonía por parte de la Comisión Municipal de Salud de Wuhan el 31 de diciembre, China terminó la identificación y secuenciación del virus desde el 7 de enero y compartió la información de la secuencia genética con la OMS y otros países el 11 de enero.

El 20 de enero, el grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Nacional de Salud informó a los medios que el nuevo coronavirus puede transmitirse entre personas. El 22 de enero, la OMS emitió una alerta sobre el potencial riesgo para la transmisión entre personas en su página de internet y, ocho días después, declaró al brote una emergencia de salud pública de importancia internacional.

«La OMS ha estado en constante comunicación técnica con China desde el 3 de enero sobre la gravedad, la dinámica de transmisión y la posibilidad de transmisión sostenida entre personas, el cuadro clínico y la eficacia de los tratamientos y la OMS ha brindado información detallada a la comunidad internacional dentro del marco del Reglamento Sanitario Internacional», dijo el doctor Gauden Galea, representante de la OMS en China.

La transparencia de China en la publicación de datos ha sido consistente. El 17 de abril, Wuhan emitió una notificación en la que revisó al alza los casos confirmados en 325 para un total de 50.333, y los casos fatales en 1.290, para un total de 3.869.

La revisión de ninguna manera equivale a encubrimiento. Al contrario, deriva de un alto sentido de responsabilidad por las personas y vidas perdidas por el coronavirus el que Wuhan tomara la iniciativa de revisar las cifras. Cuando la ciudad fue asolada por el virus, los hospitales fueron sobrepasados y algunos pacientes fallecieron en casa y hubo informes de casos perdidos, demorados, inadecuados o imprecisos.

El 28 de abril, Christoffer Koch y Ken Okamura, dos economistas de Estados Unidos y Reino Unido, publicaron de forma conjunta un artículo basado en estudios de datos de China, Italia y Estados Unidos. Encontraron que los contagios confirmados en China se ajustan a la distribución esperada en la Ley de Benford y que son similares a los de los otros dos países, por lo que concluyeron que no hay posibilidad de manipulación de las cifras.

¿CASOS EXPORTADOS?

Con las medidas más integrales, rigurosas y minuciosas tomadas por el gobierno chino en el menor plazo posible, el número de contagios en China se redujo en más de 700.000.

Al haber roto con eficacia la cadena de transmisión a nivel interno, no es una sorpresa que se exportaran pocos casos de China, el país con la mayor población y en donde se registró al principio el mayor número de casos.

Wuhan, el primer epicentro de la COVID-19, fue puesta en confinamiento entre el 23 de enero y el 8 de abril. Era imposible para los residentes de Wuhan viajar fuera durante ese período.

Dos días después de que Wuhan fuera puesta en confinamiento, 30 provincias, regiones autónomas y municipios de China activaron el nivel más alto de respuesta a la enfermedad. Desde el 24 de enero, 42.000 trabajadores médicos de todo el país agrupados en más de 330 equipos médicos fueron enviados al frente de batalla en la provincia de Hubei.

Con masivos recursos humanos y materiales invertidos, se construyeron dos hospitales provisionales, con capacidad de 1.000 y 1.600 camas, respectivamente, en 10 y 15 días. Por otra parte, se pusieron en operación 16 hospitales privados para albergar a más de 13.000 pacientes.

En Wuhan, más de 44.500 funcionarios del Partido a nivel primario fueron enviados a 13.800 comunidades residenciales, para conformar una fuerte línea de defensa contra el virus. Las medidas de distanciamiento social fueron apoyadas y observadas estrictamente en todo el país, lo que frenó efectivamente la propagación del virus.

En cuanto a los casos sospechosos y a los contactos cercanos, fueron puestos en cuarentena en sitios designados para frenar más la propagación del virus.

La gran velocidad y masiva escala de la respuesta de China han sido raras veces vistas en el mundo, lo que demuestra la velocidad, escala y eficiencia de China, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien añadió que vale la pena que los demás países aprendan de la experiencia de China.

Esto explica la razón por la que la tasa nacional de contagio de China se mantuvo relativamente baja y refuta la acusación de que «China propagó el virus al resto del mundo».

— En Estados Unidos, una investigación estadounidense citada por el New York Times indicó que la mayoría de los casos de coronavirus en Nueva York no procedían de Asia.

— En Canadá, datos de sus principales provincias muestran que el virus fue introducido al país por visitantes de Estados Unidos.

— En Francia, una investigación encontró que la cepa del virus que circula de forma local es de origen desconocido.

— En Singapur, los casos importados de China fueron menos de un décimo que los importados de otros países.

— En Japón, los investigadores consideran que la cepa confirmada en el país desde inicios de marzo no es de China.

— En Rusia, ninguno de los casos importados procede de China.

¿CONTROLAR LA OMS?

En medio de una creciente y severa situación de pandemia en todo el mundo, la decisión de Estados Unidos de cesar su financiamiento a la OMS generó agudas críticas. Al decir que la OMS «ha fallado para adecuadamente obtener, investigar y compartir información de forma oportuna y transparente», algunos políticos de Estados Unidos han acusado a China de «manipular» y «sobornar» a la organización.

Esta acusación es absurda. Como firme simpatizante del multilateralismo, China durante todo el tiempo ha mantenido buena comunicación y cooperación con la OMS, una agencia especializada de la ONU responsable de la seguridad de salud pública compuesta de 194 Estados miembros.

De los 21 miembros del equipo de liderazgo en la sede de la OMS, 11 son de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Australia y sólo uno es de China. Todos son doctores formados o practicantes, epidemiólogos, rescatistas y expertos en salud pública.

En 2018 y 2019, China fue el tercer mayor donador de las contribuciones correspondientes, después de Estados Unidos y Japón. De acuerdo con la OMS, las contribuciones correspondientes representan menos de la cuarta parte de su financiamiento total, siendo el resto contribuciones voluntarias. Contando ambas fuentes de financiamiento, China es el noveno mayor contribuyente.

¿No sería muy fácil que la OMS fuera «manipulada» por un solo país?

Las acusaciones de que China ha «bloqueado el intento de Taiwan para unirse a la OMS y de poner en riesgo la salud de las personas allí» también carece de fundamento. Taiwan, al ser parte de China, no tiene derecho a unirse a la OMS, cuya membresía requiere la calidad de Estado soberano.

Desde el inicio de la COVID-19, la Comisión Nacional de Salud de China ha brindado información oportuna a la región de Taiwan. Desde el 6 de mayo, la parte continental china ha informado de la situación a Taiwan en 148 ocasiones. A mediados de enero, la parte continental arregló una visita de campo a Wuhan para expertos de Taiwan para ayudarles a aprender más del diagnóstico y tratamiento de los casos confirmados y las medidas de respuesta a la COVID-19.

¿AYUDA INTERESADA?

Un verdadero amigo se conoce en la necesidad. China ha realizado su máximo esfuerzo para ayudar a los países en necesidad.

Sin embargo, los esfuerzos sinceros de China son tergiversados por algunos políticos de Estados Unidos, quienes dicen que sirven a «fines políticos y propagandísticos».

Desde mediados de mayo, China estableció un fondo de 2.000 millones de yuanes para la cooperación por la COVID-19. China ha ofrecido suministros contra la epidemia a más de 150 países y organizaciones internacionales, ha compartido experiencia sobre prevención, control, diagnóstico y tratamiento con el resto de la comunidad internacional, ha establecido un centro de conocimiento en línea sobre la prevención y el control de la epidemia abierto a todos los países, ha realizado más de 120 videoconferencias con más de 160 países y organizaciones internacionales y ha enviado 21 equipos de expertos médicos a 19 países.

De acuerdo con el Ministerio de Comercio de China, entre el 1 de marzo y el 6 de mayo, China cumplió órdenes de exportación de suministros contra la epidemia de 194 países y regiones. De ellos, 77 países y regiones, así como seis organizaciones internacionales, han firmado acuerdos de adquisición comercial con China a través de canales oficiales para 216 envíos de suministros médicos.

Además de donar 50 millones de dólares en efectivo a la OMS, China aceptó suspender el pago del crédito principal y los intereses de las deudas de 77 países en vías de desarrollo que debían realizarse entre el 1 de mayo y fines de 2020, en respuesta a una iniciativa de suspensión del servicio de la deuda de los países más pobres adoptada en una reciente reunión del G20.

La asistencia de China para otros países es una respuesta a su generosidad al ayudar a China en la respuesta a la COVID-19. Las acciones de apoyo y asistencia han sido reconocidas ampliamente por la comunidad internacional. También son una medida concreta para poner en acción la visión de construir una comunidad de destino para la humanidad.



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