(El Peruano) — El 8 de julio último Japón se vio impactado por el atentado criminal que sufrió el ex primer ministro Shinzo Abe, que le causó la muerte. Es una pérdida para su país y para el mundo. Abe nació en el seno de una familia tradicional y de ilustres políticos. Su padre, Shintaro Abe, así como su abuelo, Kan Abe, fueron destacados dirigentes, en tanto que su madre fue hija del primer ministro Nobosuke Kishi.
Estudio Ciencias Políticas en el Japón, así como en los Estados Unidos, en la Universidad de California del Sur.
Fue elegido por primera vez como diputado por la jurisdicción de Yamaguchi, una de las prefecturas con antiguos y sólidos vínculos con el Perú. Luego de ocupar cargos políticos de importancia durante los gobiernos de Yoshiro Mori y Junichiro Koizumi, fue nombrado secretario general de Partido Liberal Democrático (PLD) en el 2003.
Fue primer ministro del Japón en el 2006, a los 52 años, convirtiéndose en el primer ministro más joven de la posguerra. Renunció poco después, siendo reemplazado por Yasuo Fukuda. Fue elegido primer ministro por segunda vez en diciembre del 2012, mandato que duró 8 años. Renunció al cargo en setiembre del 2020 por motivos de salud. Ha sido el político japonés con el mandato mas largo tanto como primer ministro como presidente del PLD.
Durante sus dos mandatos, se abocó a la modernización y apertura de la economía del Japón con el exterior y a la reafirmación de los valores tradicionales e identidad nacional. Fue creador de la llamada “Abenomics”, teoría que permitió relanzar las actividades productivas y la economía en su conjunto de ese país, no obstante los obstáculos que presentó el escenario internacional en esos momentos. En un discurso ante la Dieta del Japón en el 2013 señaló que la recuperación económica era el tema más urgente y de mayor alcance para la modernización del Japón.
Su visión “Abenomics” consistió en la identificación de 3 vectores centrales, a partir de los cuales se incentivaría al resto de la economía y la estructura administrativa. El primer vector fue la reforma monetaria por medio de medidas que fijen en 2% la tasa inflacionaria. El segundo, una política fiscal flexible que estimule las acciones y políticas de corto y mediano plazo para fines de un superávit. El tercer vector fue la identificación y dinamización de las estrategias de crecimiento orientadas a la formulación y ejecución de reformas estructurales y al fomento de inversiones en el sector privado, con miras a un crecimiento sostenido de largo plazo. La teoría “Abenomics” no pudo concretarse totalmente debido a las discrepancias en la recolección y manejo de las estadísticas e informaciones logísticas necesarias para su proyección. Sin embargo, durante su mandato, la economía japonesa logró una recuperación. Esta visión de una política amplia y moderna para el Japón quedó reflejada en su discurso ofrecido en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS), en el 2013, en el cual indicó que Japón debe reformarse y avanzar en el mundo como una nación unida y solida económicamente. El mensaje central de su alocución fue “Japan is back”.
En el plano de la política exterior fue conservador. Un tema que siempre es recordado en el Japón fue su posición en torno a los ciudadanos japoneses secuestrados en Corea del Norte. En todo momento brindó apoyo a las demandas de los japoneses secuestrados, respaldándolos plenamente. Esta actitud lo destacó como un nacionalista y fiel convencido en la defensa de los intereses de sus connacionales. Asimismo, otros dos temas a los cuales presto especial atención fueron China y el Sudeste Asiático.
Fue un propulsor de la integración y la globalización, apoyando de manera definida el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Japón, junto con Australia, fueron los iniciadores de esta tratativa regional. De igual forma, fue parte del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP) y luego del Tratado Integral y Progresivo de la Asociación Transpacífico (CPTPP) creado después del retiro de los Estados Unidos del TPP. Esta posición fue complementaria a su propuesta del Acuerdo Indo-Pacífico, en busca de una conectividad económica que una a ambas regiones. Su planteamiento no condicionó ni disminuyó la proyección del APEC en la región del Asia Pacífico. En su filosofía, la iniciativa Indo-Pacífico estaba orientada a promover un desarrollo integral en la región.
Abe mantuvo una línea de acercamiento con América Latina, la cual fue puesta de manifiesto por las sucesivas visitas que efectuó a distintas capitales de la región. El caso del Perú fue especial habida cuenta de los vínculos de la prefectura de Yamaguchi con la comunidad de descendientes. Igualmente, Abe fomentó los vínculos con la Alianza del Pacífico y dio especial impulso a los consejos bilaterales de negocios. Esta política de acercamiento con América Latina quedó reflejada en su planteamiento formulado en el 2014, titulado “Juntos”, refiriéndose a nuestra región y al Japón.
Shinzo Abe visitó el Perú en el 2016 en el marco de la Cumbre del Foro APEC. En dicha oportunidad suscribió con el presidente Pedro Pablo Kuczynski una declaración que elevó las relaciones al de asociación estratégica integral. Asimismo, estableció con el Gobierno del Perú un mecanismo de diálogo político al más alto nivel. Durante su permanencia en Lima sostuvo reuniones con la comunidad de descendientes japoneses y con los ciudadanos japoneses residentes en el Perú. Shinzo Abe deja una historia y un legado en la relaciones del Japón con el mundo.
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