(Xinhua) — China condena enérgicamente a Estados Unidos por imponer sanciones a compañías chinas sobre la base de mentiras y desinformación, dijo este jueves un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
El portavoz Zhao Lijian también dijo que China tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar resueltamente los derechos e intereses legítimos de las compañías chinas.
Zhao hizo las declaraciones en una conferencia de prensa al responder una pregunta acerca de que Estados Unidos impondría restricciones de importación a productos de compañías de la industria fotovoltaica de Xinjiang.
«China condena firmemente que Estados Unidos imponga sanciones a compañías chinas sobre la base de mentiras y de información falsa», indicó Zhao. «Los llamados ‘trabajo forzado’ y ‘genocidio’ en Xinjiang son la mayor mentira del siglo. Estados Unidos abusó de su ‘lista de entidad’ para reprimir a la industria fotovoltaica de Xinjiang, basado en mentiras. Esas acciones no sólo violan las normas del comercio internacional y los principios de la economía de mercado, sino que también socavan las cadenas industrial y de suministros globales», señaló.
Desde la industria de algodón hasta la fotovoltaica, y desde la agricultura hasta la industria, Estados Unidos usa los derechos humanos como un disfraz para hacer todo lo que pueda para paralizar el desarrollo industrial en Xinjiang, dijo Zhao.
«Lo que hace Estados Unidos es en detrimento de los derechos de la población de Xinjiang a la subsistencia y al desarrollo, y también evidencia que lo que persiguen no son los hechos, la verdad ni el bienestar de la población de Xinjiang, sino crear ‘desempleo forzado’ y ‘pobreza forzada’ para arruinar a Xinjiang y contener el desarrollo de China», mencionó Zhao.
«También recordamos a Estados Unidos que es el propio Estados Unidos el verdadero perpetrador de genocidio y de trabajo forzado», afirmó el portavoz.
Zhao dijo que los políticos estadounidenses deben reflexionar más sobre la historia de genocidio del país contra los nativos americanos y afroestadounidenses en Tulsa, y pensar más sobre cómo resolver los problemas de derechos humanos como los conflictos raciales y el trabajo forzado en Estados Unidos.
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