(China.org.cn) — México pidió perdón por la masacre de 303 inmigrantes chinos el 15 de mayo de 1911, hecho calificado por los descendientes de los sobrevivientes como “uno de los pasajes más oscuros de la historia” del país, el cual dio inicio a “la violencia explícita” que duró más de 20 años.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, indicó que el episodio fue un “pequeño genocidio”, que puso fin a casi la mitad de la colonia cantonesa.
La lección es que la violencia y la guerra deben evitarse a toda costa, añadió y expresó su dolor y tristeza de que a causa del racismo, las persecuciones y las muertes continuaron.
En Sonora hubo clubes antichinos y una campaña contra ellos impulsada por el Gobierno de Plutarco Elías Calles y el Partido Nacional Revolucionario, origen del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En el acto en la explanada del Bosque Venustiano Carranza, López Obrador aprovechó la oportunidad para agradecer “de todo corazón” el apoyo de China a México con el envío de vacunas.
“Nunca vamos a olvidar la fraternidad de China en los meses amargos y angustiosos de la pandemia”, dijo.
Durante la ceremonia, el embajador chino en México, Zhu Qingqiao, resumió que “la sombra de lo que pasó en Torreón ya se ha disipado” y enfatizó que ahora ambos países son socios estratégicos e indispensables el uno para otro. Asimismo, al igual que el mandatario mexicano, resaltó los frutos de la cooperación contra la pandemia.
Sergio Ley López, otrora embajador de México en China e hijo del fallecido empresario de origen chino Lee Fong –fundador de la cadena de supermercados Casa Ley – con voz quebrada sostuvo: “Amamos a México”.
Añadió que lo ocurrido el 15 de mayo de 1911 fue el hecho “más grave, pero no el único” contra la comunidad china, una persecución que se extendió hasta los años 1930.
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