China y la Unión Europea: socios frente a los grandes cambios

Publicado en: Español el 28/09/2020

(Xinhua) — La cumbre especial China-Unión Europea (UE) celebrada el pasado 14 de septiembre ha culminado con resultados relevantes, como la suscripción del Acuerdo entre China y la UE sobre Indicaciones Geográficas y la reafirmación de la voluntad de agilizar las negociaciones para la firma del histórico Acuerdo de Inversiones entre China y la UE. En medio de la lucha contra la pandemia de COVID-19, las relaciones China-UE revisten más que nunca un significado trascendental.

Cooperación económico-comercial como pilar fundamental

En los primeros ocho meses del año, China ha pasado a ser el primer socio comercial de la UE, y la UE se convirtió en el segundo socio comercial de China. El comercio creció un 0,1 por ciento en los primeros siete meses, pese al impacto de la pandemia. China es el primer destino de las exportaciones alemanas y el primer socio comercial extracomunitario de muchos miembros de la UE, mientras que varios países miembro de la UE vienen participando activamente en la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras. A la segunda Exposición Internacional de Importaciones de China concurrieron más de 750 empresas europeas, ocupando una superficie de 104.000 metros cuadrados, un 25 por ciento más que en la primera edición del certamen.

Sin el ánimo de minimizar el desequilibrio comercial y las discrepancias económicas que en efecto existen entre ambas partes, es importante visualizar los lazos con altura de miras, porque van mucho más allá del ámbito económico, ya que una China abierta y pujante brinda oportunidades extraordinarias a las empresas europeas. La presencia de empresas chinas se ha extendido a los ámbitos de altos componentes tecnológicos como energía nucleoeléctrica, fabricación de aviones comerciales, telecomunicaciones y vehículos de nuevas energías, y también a áreas emergentes e innovadoras, como transición digital, inteligencia artificial y comercio electrónico. Esta cooperación vigorosa en una amplia gama de campos, ha redundado en beneficio para ambos pueblos.

Defensa del multilateralismo en respuesta a los desafíos comunes

La solidaridad mutua y la cooperación eficaz desde el comienzo de la pandemia no solo ayudaron a China y a la UE a derrotar el virus, sino que también resaltaron la necesidad de consolidar el sistema multilateral. Frente a las corrientes antiglobalizadoras y los intentos de desafiar la autoridad de los organismos internacionales, es vital que China y la UE unan esfuerzos en defensa del multilateralismo. La solución de problemas internacionales trascendentales como el Acuerdo de París y el Plan de Acción Integral Conjunto sobre el asunto nuclear iraní, requiere de que todos rememos en la misma dirección. Ante tantos retos comunes, que al igual que el virus no conocen fronteras, ningún país es inmune a lo que ocurre en los demás. El cambio climático, la diversidad biológica y la brecha entre el Norte y el Sur son retos comunes, cuyas soluciones no pueden ser individuales sino colectivas. De ahí que ambas partes sean firmes defensoras de la vigencia del multilateralismo como vía fundamental para canalizar los esfuerzos constructivos.

Diálogo y comprensión mutua frente a las divergencias

Una cumbre no bastará para resolver todas las diferencias, pero sí contribuye a fomentar la unidad en la diversidad. China ha apoyado, apoya y seguirá apoyando los esfuerzos de la UE por salvaguardar la unidad nacional e integridad territorial, y siempre está abierta a dialogar en pie de igualdad sobre temas de interés común ateniéndose al respeto mutuo y a la no injerencia en los asuntos internos. Las divergencias no deben tornarse en trabas para la promoción de los intercambios y el conocimiento mutuo, sino servir de acicate para promover el intercambio omnidireccional y multifacético en ámbitos como órganos gubernamentales y legislativos, medios de comunicación, centros de pensamiento, juventud e igualdad de género.

Lucha contra la COVID-19 como nuevo terreno de cooperación

Los chinos creemos que «las graves crisis suelen conllevar grandes oportunidades». En el mismo sentido, los españoles dicen, «no hay mal que por bien no venga». La pandemia ha colocado a todos ante una nueva coyuntura histórica. Ambas partes están avanzando juntas en la investigación y el desarrollo de las vacunas y la reactivación económica bajo la nueva normalidad de las medidas cautelares rutinarias. De la superación de la pandemia depende no solo el bienestar de los pueblos de ambos lados, sino también la estabilidad y prosperidad duraderas de todo el mundo.

Si las reformas estructurales ya se hacían necesarias antes de la pandemia, ahora son verdaderamente imperiosas. Una cooperación más profunda y fluida entre China y Europa contribuirá a fomentar sus respectivos procesos reformistas en beneficio de todo el mundo. Solo trabajando con la misma solidaridad y firmeza con que en el pasado han superado incontables adversidades, lograrán vencer esta pandemia y abrir horizontes más prometedores para las relaciones entre China y la UE.

En fin, ante un mundo cambiante y repleto de desafíos, China y la UE deben y pueden ser socios más sólidos, fiables y mutuamente beneficiosos, ya que entre ambas partes no existen incompatibilidades estructurales sino amplios intereses comunes. Saber hacer realidad su aspiración conjunta de construir un mundo y no dejar escapar la oportunidad de cooperación, traerá beneficios a todos.



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