(China.org) — Estados Unidos, impulsado por puro interés propio, ha vuelto a propagar su «virus político» frente a la comunidad internacional, exponiendo sus desesperadas intrigas para encontrar culpables en medio de su crisis por la pandemia.
Lo que dijo la representante permanente de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Kelly Craft, en un debate al nivel de la cumbre del Consejo de Seguridad de la ONU no fue nada nuevo, pero repitió la retórica de otros políticos de Washington que difamaban a China. Sus acusaciones son tan infundadas como descaradas.
Washington no puede esperar vencer al nuevo coronavirus a través de tales prácticas. Por el contrario, al avivar la confrontación y la división, Estados Unidos ha perturbado seriamente los esfuerzos conjuntos de la comunidad internacional para combatir la pandemia.
Desde el inicio de la emergencia, Estados Unidos, con las tecnologías y el sistema médico más avanzados del mundo, no ha logrado contener el patógeno, mientras el país tiene las cifras más altas tanto de casos de la COVID-19 como de muertes, empañando su imagen ante el mundo.
Para evadir sus fallas por la mala respuesta a la pandemia, esos políticos no han dejado piedra sin remover para difamar a China y a la Organización Mundial de la Salud (OMS). La intimidación dominante de Washington ha permitido al mundo ver claramente la estrategia política tras el truco de responsabilizar a otros.
El cronograma de la respuesta de China al brote de la COVID-19 es claro. El pueblo chino se ha mantenido unido y ha realizado enormes esfuerzos y sacrificios para combatir la enfermedad.
La contribución de China a la batalla mundial contra la pandemia ha sido ampliamente reconocida por la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas y la OMS.
«Estados Unidos debe comprender que culpar a otros no resolverá sus propios problemas. Todos los países tienen sus inconvenientes en el camino del desarrollo. Y estos percances deben resolverse ante todo mediante los esfuerzos particulares. Al evadir las responsabilidades, o ‘mentir, engañar, robar’, uno no resolverá ningún problema, sino que se acercará aún más a la dirección equivocada», declaró el representante permanente de China ante las Naciones Unidas, Zhang Jun, en su respuesta a Craft.
Como país preponderante en el mundo, Estados Unidos debería dar un buen ejemplo a los 193 miembros de la familia de la ONU. Sin embargo, su comportamiento es totalmente rechazable.
Es Estados Unidos que una y otra vez ha socavado el orden internacional al apartarse a voluntad de las instituciones y tratados internacionales.
También es Estados Unidos que ha fomentado el unilateralismo y el excepcionalismo en un momento en que la comunidad mundial enfrenta tantas amenazas y desafíos que deben abordarse desde la unidad.
Mientras el mundo celebra el 75º aniversario de las Naciones Unidas, esos políticos estadounidenses deberían revisar seriamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y reflexionar a fondo sobre las razones fundamentales por las que la ley de la jungla fue rechazada universalmente por la comunidad internacional después de la Segunda Guerra Mundial.
Esos políticos estadounidenses deberían poner fin a su «espectáculo político» diseñado por ellos mismos y, en cambio, asumir las debidas responsabilidades para con el mundo.
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