(Xinhua) — Con la situación epidémica mayormente controlada en China, las actividades académicas que habitualmente se realizan en mayo como las defensas de tesis no han sido suspendidas ni prorrogadas.
Precautelando la seguridad de los estudiantes internacionales que se encuentran en China y adaptándose a las condiciones de quienes están en otros países, las defensas de tesis en muchas universidades se realizaron en línea y en horarios especiales.
Los estudiantes internacionales de las carreras de Diplomacia, Relaciones Internacionales y Política Internacional de la Universidad Normal Central de China, ubicada en Wuhan, en la provincia de Hubei duramente golpeada por la COVID-19, presentaron la semana pasada sus trabajos de titulación ante un tribunal de catedráticos del mismo centro de estudios, haciendo uso de la plataforma virtual china Tencent Meeting.
Desde su habitación en la residencia universitaria, Imran Zakeria de Afganistán, se vistió con camisa y corbata para la ocasión, y tras una exitosa defensa de tesis, se graduará como máster en Relaciones Internacionales.
Como un sueño hecho realidad, describió el joven afgano, a la culminación de su proceso educativo en China, y a su vez, agradeció que el Gobierno no solo se preocupara por controlar el brote epidémico sino también que hiciera un esfuerzo adicional para que la educación no se viera afectada. “Sin tiempo que perder, los departamentos pertinentes de la universidad organizaron cursos en línea y los diferentes profesores impartieron puntualmente clases seleccionadas”, relata Zakeria.
En las clases en línea, él participó activamente en los debates sobre textos asignados previamente por los profesores o escuchó las exposiciones de los catedráticos que realizaron mediante aplicaciones como Zoom, Wechat y QQ.
Zakeria también se dedicó a actividades de voluntariado durante la cuarentena, entre ellas, cada mañana se encargaba de distribuir entre los estudiantes los alimentos que la universidad les proveía y otros días se organizaba para tomarles la temperatura a sus compañeros.
El aprendizaje del idioma chino mandarín también se ha adaptado a las necesidades particulares de los estudiantes. Camila Gasparetto da Silva, economista brasileña de 35 años, lo cursa en la Universidad Normal de Hebei, en el norte de China.
Ella explica que desde el brote epidémico los profesores cada semana diseñan planes de trabajo para los alumnos, en los que se incluyen ejercicios de pronunciación y gramática, así como tareas, y trabajos que son rápidamente corregidas y comentadas. Los contenidos son didácticos y bien elaborados.
Gasparetto da Silva pasó la cuarentena junto a su esposo, quien trabaja como catedrático en la ciudad de Shijiazhuang, capital de la provincia de Hebei. Para la brasileña, “China es un ejemplo de organización y cooperación no solo para Brasil, sino para el mundo. Tener recursos financieros es esencial para combatir una grave crisis como esta, pero es más importante tener un gobierno capaz de elaborar una planificación efectiva e implementarla de la manera más eficiente posible, teniendo como objetivo principal la vida de las personas.”
La diferencia horaria también ha sido considerada por los profesores en China para dictar clases en línea a los alumnos internacionales que se encuentran en otros países.
Ana, quien ha preferido mantener en reserva su apellido, se encuentra en España, a siete horas de diferencia de China, explica que sus profesores han optado por grabar los contenidos de sus clases y enviar los videos a los estudiantes que están fuera del país asiático. “La exigencia no ha disminuido, tenemos trabajos y tareas que realizar”, recalca la española.
Ana permaneció durante los primeros meses de la cuarentena en Wuhan, hasta que fue repatriada en un vuelo humanitario a finales de febrero. En ese lapso pasó 19 días en compañía de amigas, extremó las medidas de limpieza y destinó su tiempo a actividades de esparcimiento y cocina.
Para la española, “Hoy, China es un país mucho más seguro, la población china obedece lo que las autoridades dicen, eso ha permitido salvar vidas.”
Hay otros programas de educación y entrenamiento en línea que también fueron aprovechados por algunos estudiantes internacionales. Eroni Duaibe de Fiyi usó su tiempo durante la cuarentena para estudiar como una distracción en lugar de una obligación. Se registró en un programa virtual de entrenamiento físico diario y en un curso virtual del idioma chino.
Para el estudiante de doctorado en Política Internacional, el cierre de Wuhan fue la política más estricta que ha visto, pero, a la vez, más necesaria para evitar la propagación de la enfermedad. Duaibe, quien estudia en Wuhan, ha quedado admirado por la estrecha comunicación de las autoridades chinas con los ciudadanos y la comunidad internacional sobre la epidemia, así como el uso de las tecnologías para mantener el distanciamiento social, como en el abastecimiento de víveres.
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